Llegada a Forks(Libre)

Me costó varios segundos reaccionar. Pues sí que ha sido rápido, no he notado nada.- Pensé.
Abrí los ojos y vi como se alejaba, caí en la cuenta de que seguía viva, de que me había salvado de ésta por los pelos. Me dirigí a la puerta con pasos temblorosos, no sabía ni como no había caído de rodillas, me costó varios segundos abrir esa puerta pesada y vieja. Las lágrimas bajaban por mis ojos impidiéndome el ver con claridad además de que las manos me temblaban demasiado. Salí de ahí, no sin antes echar un último vistazo a lo que podría haber sido perfectamente mi asesino, observé antes de girar la cara cómo rompía la pared de un puñetazo.
Empecé a correr, tenía miedo, ¿y si cambiaba de opinión y decidía matarme?
Recordé la muerte de mis padres y empecé a unir cabos sueltos.
Piel fría y marmólea. Ojos color extraño (no se los había visto bien).Fuerza insuperable y sobretodo...ganas de matar. Mi corazón se aceleró todavía más, Alec era un vampiro, había estado todo ese tiempo junto a lo que mas temía en toda la vida,un vampiro...y lo peor es que había intentado matarme.
Caí de rodillas en el suelo, me dolía el pecho y la nariz, a penas podía respirar, la cabeza me daba vueltas y notaba como el pulso iba a mil por hora mediante la sien. Intenté calmarme y respirar profundo pero no podía.
Intenté quitarme la mochila que llevaba en la espalda, pero un dolor agudo en los brazos me paró de inmediato. Solté un alarido. Rasgué las mangas de la camisa que llevaba encima puesta de una camiseta corta. Observé mis brazos bajo la ténue luz de una farola vieja y oxidaba. La sangre se agolpaba en el antebrazo, podía ver cómo los cardenales violáceos empezaban a formarse,empecé a frotarme los brazos como si así la sangre volvería a fluir. Aún podía apreciar su gélido aliento en mi cuello, cosa que me ponía nerviosa; intenté ponerme de pie pero me volví a caer. Pensé con lógica que lo mejor sería esperar a que pasase alguien más por aquí para pedir ayuda,¿sería alguien capaz de encontrarme antes de que me congelase y/o muriese de un paro cardíaco?

Corri entre los arboles a gran velocidad ,no me perdoinaba que no la hubiera matado estaba idiota me pare en frente de un arbol y descarge toda mi furia

A lo lejos pude oír un ruido que probablemente vendría de un árbol roto, miré al cielo, cada vez estaba más oscuro, una gota de lluvia me golpeó la nariz, quise levantarme con rapidez por lo que me tambaleé hasta volver a quedar sentada.
-Sé valiente Christine, sé valiente- Me susurré para mí misma, como si mis palabras hiciesen algún efecto en mis acciones.
Conseguí mantenerme en pie y eché a correr calle abajo, podía notar la lluvia golpeándome con fuerza el pelo y los brazos, pero no le tomé importancia. Me tropecé con un saliente del suelo y volví a estar donde antes, solo que antes no sangraba.
Me rendí, ¿para qué seguir corriendo? Era una pérdida de tiempo y de energía, la cual no era mucha la que me quedaba

El olor a sangre fresca paso por mi mente
tire aun lado el arbol y fui en buisca de ese frenesi,corri velosmente
entre la oscuridad de la noche cuando sali a una calle
y vi a una humana tirada de espalda perfecto tengo mucha sed ,me dije mi mismo
Estee s mi gran dia alce la vos para que me escuchara mientras que me acercaba

Quité un trozo de mi camisa y me la puse alrededor de la herida que tenía en la mano, y comencé a apretar, de forma que la hemorragia se parase un poco. Miré hacia el cielo, un relámpago apareció en él,aparté el pelo mojado de la cara y escuché una voz.Me volví rápidamente cuando escuché la voz. No,no. El vampiro. Alec. El que me había intentado matar hace menos de una hora estaba ahí. ¿Cómo me había encontrado? Comencé a arrastrarme por el suelo, mientras lo miraba como se acercaba.

Camine mientras que sabore el olor de la sangre aunque conocia a esta humana la agarre del pelo y de un tiron la levante del suelo
era ella la humana que me habia hecho blaquear..
La mire y sonrei ,,,que alegria verte asi podre terminar lo que no me atrevi hacerlo

Por mucho que intenté huir de él, me agarró del pelo, levantándome en el acto. Solté un grito de dolor. Pude ver en sus ojos deseo y odio. Tuve miedo, pero no lloré.
Sabía que mis súplicas no valdrían de nada.
-Hazlo rápido, por favor. - Le pedí mientras cerraba los ojos.

Me acerque a ella y a su cuello fino mientras que mis colimillso se dieron a conocer
la mordi mientras que aun la sujetaba ,podria snetir esa sangre fresca en mi ser..era tan dulce ..que disfrutaba como recorria mi boca

Sus colmillos perforaron la piel de mi cuello, dolía,dolía más que cuando me agarró fuertemente de los brazos, ésto al lado de eso no era nada. Grité de dolor, podía sentir como succionaba con fuerzas, por mucho que intentaba apartarle, no se movía,estaba duro como una piedra.

Noté cómo él separaba sus labios de mi cuello, y luego me dejó caer al suelo, dónde me golpeé la cabeza, sabía que de un momento a otro perdería el conocimiento, el corazón me latía débilmente, y cada latido era una lucha constante. ¿Qué sería ahora de mí? Sabía que era poco probable que saliese viva de ésta, por suerte, nadie me echaría de menos.

Iba a gastar mis últimas energías pidiendo ayuda, cuando noté que alguien me cogía en brazos,cuando abrí los ojos vi que era Alec, no intenté escapar de él, no valdría la pena. Volví a cerrar los ojos, cuando los entreabrí estaba en una casa, la misma que antes. Me preguntó que eligiese, pero yo no tenía fuerzas para hablar. Volvió a moderme pero no pude siquiera gritar, solo quería que el dolor acabase.

El dolor se alejó pero no fuí capaz de abrir los ojos pues no tenía fuerza alguna. Aún así parecía que estaba viva. Antes de caer inconsciente, noté cómo las frías manos de Alec ponían algo en mi herida.

No sabía cuánto tiempo había pasado exactamente, sólo sabía que me notaba un tanto extraña, abrí los ojos lentamente, poco a poco, sin forzar la cosa, intenté estirarme, pero el dolor agudo de los brazos me impidió ese acto.
Miré a mi alrededor.
-¿dónde estoy? - pregunté en un susurro.

Miré a el chico que estaba frente de mí, su cara me sonaba. Una lucecita se encendió en mi cabeza, me alerté cuando vi que se acercbaa. Recordé todo lo pasado hacía no sé cuando tiempo.
-No me mates- le pedí con voz temblorosa, mientras me cambiaba la venda. Hice una mueca de dolor, pero intenté disimularla.

No sabía qué decirle, aunque me había intentado matar, me había salvado al final.
-Eeh...gracias. - Le susurré. Observé como se sentaba.
-¿por qué me has salvado? hubiese sido más fácil que me dejases morir en la calle...

Le miré, me mordí el labio inferior.
- mira,seamos sinceros, no hemos empezado con buen pie, no te caigo bien, lo sé. No puedo pretender caerle bien a todo el mundo, pero tú no eres nadie para tratarme así, no soy ninguna niña, tengo diéciseis. - Suspiré- Y además, yo no te pedí que me salvases.